El cambio es ahora

“El cambio es ahora” ese era el eslogan de campaña de Andrés Pastrana en 1998 cuando era candidato a la presidencia. Pero hoy no voy a hablar de tal excelso personaje. En esta ocasión escogí un tema que me parecía ameritaba una opinión para volver a escribir en mi blog después de un abandono de poco más de un mes. En todo este tiempo fluyeron muchas ideas, pero realmente ninguna se concretó en un texto que mereciera ser publicado, ahora las cosas son diferentes, hay tantos hechos que uno como espectador se queda corto para expresarse. 

Ahora sí, para entrar en materia, imagino que muchos se habrán enterado de que la semana pasada la Casa Editorial El Tiempo (CEET) anunció su decisión de convertir la Revista CAMBIO en una publicación de circulación mensual rompiendo con la tradición de que saliera semanalmente como lo había hecho durante diecisiete años, desde su nacimiento como medio de comunicación. Sin embargo, hasta allí todo seria normal, lo que empaña el hecho son los argumentos que tienen las directivas de la CEET, que desde hace un par de años está en manos del Grupo Editorial Planeta de España:

  1. Ellos dicen que el momento no es propicio para las revista de opinión e investigación, que la pauta en la revista se ha disminuido considerablemente. Lo anterior no puede ser completamente falso, pero lo que sucede es que CAMBIO está entre las cinco revistas más leídas del país y en su segmento es la segunda después de SEMANA. No creo sinceramente que sea un mal negocio. 
  2. La nueva revista tendrá un propósito distinto, abordará los temas que la gente quiere leer y no aquellos que es necesario tocar y denunciar aunque resulten incómodos. Es decir ahora tendremos una CAMBIO “light” que no será tan molesta para algunos sectores políticos. 
  3. La CEET además de reestructurar la revista decide despedir sin mayores explicaciones a sus codirectores María Elvira Samper y Rodrigo Pardo, que se había convertido en la piedra del zapato para la línea editorial del grupo tal y como ocurrió hace unos meses con Claudia López. Además se conoce las críticas que José Obdulio Gaviria, ahora asesor de Planeta, había hecho a estos dos periodistas y a como manejaban la revista. 
  4. Otro factor a tomar en cuenta es que dentro de los productos de la CEET, CAMBIO ha sido el único que ha destapado escándalos que han afectado directamente al gobierno o a sus aliados y que nadie ha desmentido: las suciedades de AIS y la relación del presidente del congreso con los desmanes en ETESA por sólo mencionar dos ejemplos. 
Pero bueno, el cambio es ahora, llegó la época de la “autocensura”, que es como se podría catalogar este acontecimiento. Desaparecerá la revista en la que han participado Daniel Samper Pizano, García Márquez, Germán Espinosa, Patricia Lara, Antonio Caballero y muchas otras de las mentes más lúcidas de Colombia. Fueron muy hábiles en la CEET porque todo fue presentado como una decisión meramente administrativa que se tomaba por razones económicas.

ESQUIRLA: 
Me alegra mucho saber que en el país hay jueces que defiende la libertad de opinión. Deja buen precedente el hecho de que Alfredo Molano haya ganado el pleito que la familia Araujo del César interpuso contra el periodista.

1 Comentarios

  1. Lo de Alfredo Molano en cierta medida es una pequeña muestra de la tenue lucidez que afortunadamente aún se puede percibir en el sistema judicial colombiano; sin embargo me agobia sobremanera y siento algo de escalofrío al pensar que ese ápice de claridad pueda verse opacado con la erronea reelección del "cesar criollo" o en su defecto su remplazo por un AIS mayúsculo o por uno del tipo terminator; porque ya no tenemos ministerio público independiente, ni fiscal, casi que ni contralor... mucho menos congreso; luego se nos presenta un escenario desolador; entonces ¿qué nos deparará el destino con un TOTALITARISMO ABSOLUTO incluyendo la rama judicial en su totalidad? En fin, solo me resta aferrarme a cualquier posibilidad de cordura por pequeña que sea; y.... valoremos el sufragio como recurso legítimo para elegir objetivamente nuestro destino.

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