La alegría de leer

De pequeño sabía que "La alegría de leer" era un libro de texto que se usó en el país en épocas pasadas para que los niños aprendieran a leer en los primeros años de su educación. En mi período universitario "La alegría de leer" fue una frase dicha por uno de mis maestros que ha marcado mi accionar desde entonces, tanto así, que en el ámbito laboral es algo que menciono con frecuencia.

La semana que termina el Congreso de la República aprobó una espantosa "reforma a la justicia". Los miembros de los tres poderes de este país (ejecutivo, legislativo y judicial) se amangualaron para tumbar de la manera más descarada para tumbar los controles que estableció la Constitución Política del año 1991. Con el texto aprobado, los senadores y representantes a la cámara que delincan quedarán impunes, los magistrados de las cortes alargaron sus periodos y el gobierno ha intentado mostrarse indignado, sin embargo, ya el ministro del ramo tuvo que renunciar. Todo esto es una vergüenza.

Simón Gaviria (Pereira, 1980) es actualmente el presidente de la Cámara de Representantes. Es el hijo mayor del expresidente de la República, César Gaviria Trujillo (1990-1994). En 2006 fue elegido como representante por el grupo "Por el país que soñamos" (de Enrique Peñalosa), "en 2007 fue elegido por sus colegas como 'El Representante Revelación' y en 2008 como 'El Mejor Representante' en los dos sondeos que efectuaron tanto RCN Televisión como Caracol Radio." (Wikipedia)

La W Radio es una de las emisoras más escuchadas en Colombia. Aunque su imparcialidad ha sido seriamente cuestionada en algunos casos específicos, se destaca por sus contundentes denuncias y por la "berraquera" de su mesa de trabajo.

¿Por qué he dicho todo esto?

Porque esta mañana en la W Radio, Simón Gaviria admitió que no había aplicado algo tan básico como "La alegría de leer" con respecto al texto de la reforma a la justicia y que fundamentalmente lo "leyó por encima" y agregó que no tiene nada de qué esconderse, ni de qué avergonzarse. Que desfachatez, que descaro. Uno de los hombres que para muchos era la esperanza y representaba una nueva clase política ha caído en los vicios que de antaño son característicos de nuestros dirigentes. No hay derecho. Extraigo algunos apartes de la conversación:

—Simón Gaviria: “No sabía que tenía micos, orangutanes de esta manera. Nos fuimos enterando a través del día”

—Julio Sánchez Cristo: “Votó una ley sin leerla. Cuando uno vota una ley sin leerla… que cara tiene usted para cobrar su sueldo... ¿No le da pena?... Usted lo mínimo que tiene que hacer es renunciar”

—Simón Gaviria:  “La leímos por encima, no con la (sic) detalle y la minucia”

—Simón Gaviria:  “Yo confié en que había quedado bien”
—Julio Sánchez Cristo: “Usted también les va a creer a los conciliadores, que ellos son como usted, que ellos firman sin leer”




#SeMueveLaContraReforma

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