Petrópolis

El mensaje polarizador de Petro me recuerda estas palabras:
 "Se avecina una tormenta, Sr. ___________ (escriba el nombre de su preferencia en el espacio). Más vale que usted y sus amigos se preparen. Porque cuando llegue no van a entender cómo pensaron que podían vivir así y dejar tan poco para el resto de nosotros."
Selina Kyle, The Dark Knight Rises


En doce días Gustavo Petro Urrego cumplirá un año a cargo de la Alcaldía de Bogotá. En este tiempo, lamentablemente los ciudadanos hemos presenciado improvisación tras improvisación en distintos y trascendentes temas para la ciudad.

La última gran idea de Petro, la cual estamos padeciendo en este momento, ha sido el cambio en el modelo de recolección de basuras, reversando una política que durante años había arrojado buenos resultados.

Lo más gracioso (aunque también es lo más paradójico) es que ante la magnitud de la situación la administración distrital está negociando con las organizaciones privadas que hasta ayer fueron los operadores del sistema de recolección para que continúen encargándose de la labor, de la cual el mismo Alcalde había dicho no estaban realizando de manera adecuada y habían convertido en un gran negocio de contratistas que beneficiaba a unos pocos.

Muchos dicen que estamos "Petrificados", yo creo que no, estamos yendo hacia atrás, por ejemplo, en este caso hemos pasado de carros compactadores de basura a volquetas (mucho más incómodas para el manejo de la basura y con mayor riesgo para la salud pública).

Aunque la situación actual es únicamente la punta de iceberg, todo lo ocurrido durante estos meses nos muestra que la "Política del Amor" y la "Bogotá Humana" de Petro están lejos de ser lo que pregonan. El gobierno del Alcalde se ha empeñado en un modelo de segregación en el cual se estigmatiza a aquellos que por una u otra razón poseen recursos económicos. Esta posición es odiosa y no favorece en nada a la que pretendía ser una administración incluyente.

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