La resurrección de un cadáver político

"Soy un cadáver político"
Enrique Peñalosa Londoño
Revista BOCAS, Edición 04
Diciembre de 2011

El pasado domingo 25 de octubre en la noche, Enrique Peñalosa celebraba su victoria en la carrera por la alcaldía de Bogotá con un emotivo discurso donde trazó lo que será su gobierno entre 2016 y 2019. A propósito de esas palabras, de lo que fue su campaña y de su historial en elecciones he construido este texto.

“A mí solo me interesa ser alcalde con todo corazón”

Desde 1991, Enrique Peñalosa ha buscado ser senador una vez, alcalde de Bogotá en seis ocasiones y presidente de Colombia en dos oportunidades. Ahora, al ser aclamado por sus seguidores en su discurso de aceptación, él fue tajante al afirmar que solo le interesa una cosa: ser alcalde de Bogotá. Las muchas campañas que ha realizado le dan la razón en que ha buscado ser el primer mandatario de la ciudad persistentemente, pero lo contradicen, pues es evidente que en los últimos diez años, él ha alternado entre las elecciones nacionales y las locales para presentar su nombre a los votantes. En resumen, ha sido el eterno candidato.

“Vamos a hacer un gobierno sin política”

Otra de las afirmaciones del alcalde electo fue que su administración será carente de política. Seguramente, busca reforzar la imagen que ha tratado de venderle a los electores durante los últimos veinte años de que él es un técnico, no un político (hay que reconocer que esa actitud no es exclusiva de Peñalosa, Antanas Mockus y Sergio Fajardo también muestran ese perfil).

Sin embargo, la realidad lo contradice: ha sido el candidato de Álvaro Uribe Vélez (en 2011 el expresidente le cargó el megáfono en sus correrías por Bogotá) y ahora estuvo acompañado de Marta Lucía Ramírez y tuvo el respaldo de Cambio Radical, cuyo máximo jefe, el vicepresidente Germán Vargas Lleras, es quizás uno de los más claros representantes de ese fenómeno que llaman “el orangután con sacoleva”: tecnócrata en Bogotá y manzanillo en las regiones.

El efecto de frenado

Aunque tiene muchos méritos, Enrique Peñalosa no ha sido elegido alcalde de Bogotá en 1997 y 2015 por ser quien es, sino para ponerle palos en la rueda a alguien o algo. En los noventas, la necesidad de frenar a Carlos Moreno de Caro llevó a los bogotanos a apoyarlos. Ahora, el miedo a que la izquierda gobierne otros cuatro años en Bogotá y el natural castigo a la gestión de Gustavo Petro, fueron factores importantes para que regresara al Palacio Liévano.

¿De dónde tanta belleza?


En Bogotá 2514235 personas votaron en la primera vuelta presidencial de mayo de 2011, de estas, 392742 optaron por Enrique Peñalosa. El domingo 25 de octubre, 2811209 participaron en la elección, votaron por él 903764 personas, ¿de dónde salió la diferencia? Mi teoría es que el candidato tenía casi cuatrocientos mil votos cautivos y el resto lo aportaron Marta Lucía Ramírez, Antanas Mockus y personas afines al uribismo que no tuvieron disciplina de partido y no votaron por Pacho Santos. Además, fue evidente el peso de los estratos 5 y 6 (muy afines a Peñalosa) en la elección.


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