Clara López es graciosa, su rostro adusto y su peinado indefinible para mí que la eleva a la categoría de profesora huraña de película animada. Sin embargo, este no es un escrito para hablar de la apariencia física de esta señora sino de sus ocurrencias que son bastante más risibles.
Decía Ricardo Silva Romero ayer en su cuenta en twitter "Genial Clara López echándole la culpa a todo el mundo por la alcaldía tan floja que hizo y la terna tan mala que mandó". Y es absolutamente cierto. El Polo Democrático Alternativo va de mal en peor.
Cuando se empezó a hacer evidente que Samuel Moreno era ineficiente el partido nunca hizo esfuerzos porque espabilara y arreglara los entuertos cada vez más frecuentes en el distrito; al contrario, le otorgó su apoyo más de una vez.
Al estallar el escándalo de corrupción en la contratación y evidenciarse la participación del hermano del alcalde en estos bochornosos sucesos el partido anunció que esperaría decisiones judiciales.
Ahora que el procurador en un fallo si se quiere cuestionable suspende a Samuel más por inepto que por corrupto, cuando se le da a su organización la oportunidad de enviar una terna de tres del más alto nivel ellos salen con un chorro de babas, perdón por la expresión.
Y entonces que argumenta la presidenta de la colectividad: un plan de la derecha para des-legitimar a la izquierda democrática, un complot en los medios para minimizar los logros de la administración Moreno y en cambio atizar el escándalo. Que no nos crea la señora López Obregón tan pendejos de creernos ese cuento, cuando no hace falta que a uno alguien le diga que la ciudad está mal, solo basta con recorrerla todos los días cuando intentamos llegar a tiempo al trabajo, cuando vamos por la calle con susto al caer la noche, cuando los andenes están llenos de basura y los carros ocupan el lugar de los peatones.
Brilla por su silencio cómplice una persona de las calidades del senador Jorge Enrique Robledo que ha sido tan juicioso en el control político desde la oposición al anterior gobierno y por sus denuncias valientes de los abusos de las empresas del sector salud.
Realmente, cuando se esperaba que el polo aprovechara esta oportunidad para recuperar algo de su prestigio ellos decidieron seguirse derritiendo.