Una bruja que no hechiza

Siempre Bruja, grabada en Cartagena (Colombia), es una serie original de Netflix. Los diez capítulos que conforman su primera temporada están disponibles en la plataforma desde el pasado 1 de febrero.

Sinopsis
Cartagena de Indias, 1646: Carmen (Angely Gaviria) es una joven esclava que señalada de ser bruja (cierto) ha sido condenada a morir en la hoguera por hechizar a Cristóbal (Lenard Vanderaa), el hijo de su amo y quien se sintió atraído desde que la vio en la subasta de esclavos. En realidad, entre los dos existe un amor sincero y ella no ha usado ninguno de sus poderes para confundir los sentimientos del criollo, sin embargo, su relación es rechazada de tajo por la sociedad colonial en la que viven. 
Antes de la condena, Carmen enfrenta un juicio por parte del Tribunal de la Inquisición, durante el cual Cristóbal sale en su defensa, provocando la ira de su padre, quien le dispara hiriéndolo de gravedad. En su celda, una desconsolada Carmen conoce a Aldemar ‘El Inmortal’ (Luis Fernando Hoyos), quien se presenta como un poderoso brujo que puede ayudarla a salvar a su amado, siempre y cuando ella acepte realizar una misión para él en el futuro. Seducida por la promesa del misterioso personaje, viaja a 2019 donde encontrará un mundo completamente nuevo y agreste y descubrirá que la tarea que se le asignó es más difícil de lo que creyó en principio.

Impresiones
Aunque se pueden destacar algunos aspectos positivos de Siempre Bruja como apostarle a ser una producción hecha en Colombia que abandona los clichés (no habla de narcotráfico y conflicto armado) y el protagonismo que se le da a la música y los ritmos del Caribe, son más evidentes varios problemas de los que padece y hacen que en conjunto sea una serie más dentro de la gran oferta del mercado. Su primer gran desacierto es que el “noviazgo” de Carmen y Cristóbal se construye a partir de una relación de poder (él es su dueño, ¡así de simple!) que durante décadas ha estado presente en el típico drama latinoamericano (recuerden todas las sufridas Marías que interpretó Thalía). 
Adicionalmente, más allá de la concesión que uno como espectador hace ante el drama para aceptar la magia y el viaje en el tiempo, la historia evidencia serios errores de construcción y su argumento parece por momentos naufragar haciendo que los personajes realicen acciones erráticas, contradictorias e insustanciales. Lo que en un principio se vendía como crucial, resulta finalmente en algo intrascendente. 
Por otra parte, aunque el elenco incluye a actores jóvenes y poco reconocidos y a otros con amplia trayectoria en la industria de televisión y cine en el país, prácticamente todos están sobreactuados en sus papeles. Pero, para ser justo, creo que esto no es problema de ellos o de la historia, sino de dirección. Mateo Stivelberg, es el director de esta serie, y por lo que vi en su primer largometraje El man del porno (Dago García Producciones, 2018) la exageración y la caricaturización en los personajes hacen parte de su impronta. 
También es importante señalar que después de diez capítulos la historia termina desgastada y que a partir de las decisiones y actuaciones de un personaje se fuerza la existencia de una futura segunda temporada, aunque el final muestre que dado todo lo que Carmen ha descubierto sobre sí misma, sería innecesaria. 
Para finalizar, quisiera señalar que no todo es malo en Siempre Bruja. Dylan Fuentes interpreta de manera muy acertada a Jhony Ki, un joven que se convierte en el soporte emocional y operativo de Carmen en su misión. Para mí gusto Fuentes, con su combinación de momentos cómicos y dramáticos, es en gran parte responsable de que el espectador se mantenga conectado con los diez episodios, de los cuales el único que realmente me gustó fue el octavo, llamado #1646, en el cual una Carmen empoderada regresa a su tiempo para tomar el toro por los cuernos.

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